“Conque allí hilaba su gran telar
durante el día y por la noche lo destejía,
tras colocar antorchas a su lado”
Homero
Treinta siglos después de la primera transcripción escrita del relato homérico, los hombres, al igual que Penélope, seguimos tejiendo y destejiendo una malla de comunicación y conocimiento formada con la urdimbre de los sonidos y los alfabetos. Ese tejido resultante es el que hemos ido definiendo como texto, protagonista de unas culturas, la oral y la escrita-impresa, milenarias, y que hoy adquiere, con la emergencia del Informacionalismo, la cultura digital y la sociedad red, nuevos usos, retos y apariencias que conectan de nuevo con los primeros significados de la palabra de origen latino que lo nombra: texere, tejer, trenzar, entrelazar.
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