Caminos del deseo


Seguimos por el sendero marcado hasta que, llegados a un punto, descubrimos que nos viene mejor, por atajar o porque nos facilita el itinerario hasta nuestro destino, continuar a través de la hierba. Con el tiempo, un nuevo camino, formado por el paso de otros viandantes erosionando el césped, se forma en el parque: un camino del deseo.

De la misma manera, durante un tiempo, el camino marcado por el mercado y las empresas dirigen nuestra actividad consumidora y productiva. Pero, poco a poco, y cada vez el tiempo pasa más aprisa, nuevos senderos en busca de eficiencia, funcionalidad y adaptabilidad van creándose con la aportación de los usuarios y creadores.

Si los lugares fueran ordenados con módulos móviles que se adaptarán a las necesidades de paso de sus habitantes, tendríamos una animada secuencia de pequeños ajustes constantes, donde las calles se harían más o menos anchas según las horas y el césped del parque, en lugar de alfombra sobre el solar, sería fluido verde y viscoso en torno a los pasos de quien lo disfrutase.

Hay indicios para intuir que aquello que hoy debe ser programado para el futuro podrá, en ese mismo futuro no lejano, moldearse en tiempo real en base a las necesidades de sus ciudadanos, como un termostato de morfologías arquitectónicas o estrategias políticas; el mundo entero perderá su carácter inmóvil, sólido y tangible, debiendo adaptarnos a ese ambiente blando con nuevas herramientas y procesos.

No lo pienso yo solo: Kevin Kelly, fundador de la revista Wired, comenta en este artículo, escrupulosamente traducido por José Antonio de la Riva para Anatomía de la Edición, cómo serán los libros en el futuro. Y estoy de acuerdo con él: serán lo que queramos que sean, estarán allí hacia donde dirijamos nuestros caminos del deseo.

1 comentario:

Ricardo dijo...

Hasta donde nos conduciran los distintos caminos trazados por el hombre?

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