Noticias de Millet (I)


Dos son los hitos que han logrado hacernos llegar a la situación actual: primero y fundamental, el éxito del proyecto del profesor Millet, que ha resuelto el problema del transporte de información en el tiempo con la ayuda de los rayos gamma y un deformador del espacio-tiempo basado en las propiedades de alteración gravitacional de la luz; y segundo, la constatación de que, como venía anunciando tiempo atrás la vanguardia de la física teórica en relación a la paradoja del abuelo, quedaría teóricamente comprobada la existencia de universos alternativos y paralelos en los que todas las posibilidades podían estar ocurriendo. La periódica llegada de información desde el futuro, con la consiguiente transformación del presente, no alteraba ese mañana desde el cual se emitían los mensajes.

Este futuro que ha venido a colarse en nuestro escenario presente no se trata de un futuro lejano: se encuentra aproximadamente a una semana de distancia de nuestro hoy, semana necesaria para elaborar la materia y antimateria que eclosionan produciendo los rayos gamma, única energía capaz de ser transportada en el tiempo bajo las condiciones del laboratorio.

El proyecto, hay que decirlo, se debe a ciertas restricciones insalvables de la física: como la imposibilidad de enviar materia, tan sólo energía codificable en unos pocos caracteres de información (ocho para ser más exactos); y la lógica e infranqueable limitación de no poder enviar información a momentos anteriores a la construcción de la propia máquina deformadora del espacio-tiempo.

Además, tiene que lidiar con las condiciones que la Organización Mundial para la Prevención de Sucesos Adversos a la Humanidad ha venido dictando al amparo unánime de los dirigentes políticos, que no de los científicos. Así, el primer y gran problema semanal es (será) llegar a un consenso general sobre qué tipo de información puede en cada ocasión mandar Millet a su Millet pasado.

Tras las primeras informaciones, balbuceos inconexos de letras y números dedicados al desarrollo del propio deformador espacio-temporal y a la comprobación de la eficacia del canal, la primera y maravillosa comunicación de energía venida desde la distancia temporal de una semana ha llegado por fin a los monitores del laboratorio; una vez descodificada, reza así:


Donde 4 es el número de orden del mensaje; sobre el resto, y teniendo en cuenta que Millet y sus colaboradores intentan comprimir una importantísima información en un mínimo número de caracteres, estamos aún especulando sobre su significado...

1 comentario:

JM Lorite dijo...

Si no fuera porque supongo que a Millet no le dejarían utilizar tan enormes recursos para adelantarnos resultados deportivos, yo diría que la s es de "soccer", Ma de Manchester y Ba, Barcelona... es decir, ¿nos estará diciendo el Millet futuro que el Barcelona le mete 5 goles al Manchester en Roma? No sé hallar otra explicación.

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