32 890 768 y no 32.890.768

Hace unos días, para solventar unas dudas, tuve que consultar la norma que la Real Academía de la Lengua Española ofrece sobre la ortografía de los números escritos con cifras y... ¡sorpresa! las cosas habían cambiado: los números de cuatro cifras ya no deben llevar un punto tras la primera, como hemos venido haciendo (y hace aún hoy todo el mundo); y para los mayores de cuatro cifras, se aconseja agrupar estas de tres en tres, separando los grupos por espacios en blanco, y no por puntos, como hasta ahora, es decir,

32 890 768 y no 32.890.768

En un mundo donde los números crecen tanto por arriba como por abajo (en poco tiempo se popularizarán otras unidades de tiempo como el microsegundo y el picosegundo, unidades que demandará, por ejemplo, la rigurosa medición en unas pruebas de velocidad cada vez más ajustadas y cada vez en el límite de la mínima diferencia) y donde el dinero ha vuelto a ser una cifra con céntimos, no es desacertado rebajar la ambigüedad y dejar la coma –o el anglosajón punto– sólo para la expresión de números decimales.

Otra cosa es que los números pierden así algo de su unidad gráfica y, por tanto, rebajan sus índices de lecturabilidad. Acostumbrados como estamos por años de práctica lectora, la lectura de la expresión aconsejada por la Academia sobre los números podría producir dudas y errores. Ayudaría a estas y otras expresiones que forman unidad con espacios, el utilizar en los sistemas más conocidos de procesadores de texto, un espacio blanco menor que el acostumbrado (1/4 ó 1/2) como poseen los programas de edición profesionales.

Con todo, y a excepción de los números de teléfono, que ya aparecen expresados así desde hace un tiempo (por cierto, dudo si dichos números telefónicos no pertenecen a la categoría de otros como el código postal, la numeración de páginas, artículos legales, años... y, por lo tanto, siguiendo a la Academia, deberían escribirse sin separación ni puntos ni nada) el caso es que no veo que se atienda a la Real Academia en la edición de libros, publicaciones y páginas en red. Tampoco en las populares hojas de cálculo aparece como opción de formato de número.

La Academia parece ir, en esta ocasión, algo por delante de los usos de la lengua; ya veremos si nos pondremos a su altura o tendrá ella que esperarnos.

Puede consultarse aquí la nota sobre los números en el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia de la Lengua Española.

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